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Azúcar de caña

INGREDIENTE SEGURO
Glossary
NOMBRE INCI:

Saccharum Officinarum Extract


ORIGEN:

Vegetal


FUNCIÓN:

Exfoliante, hidratante

Azúcar de caña

Esta es una traducción automática

El azúcar de caña proviene de la planta de la caña de azúcar (Saccharum officinarum en botánica), que pertenece a la familia Graminaceae. La caña de azúcar es una planta de origen indio, llegó a Europa, en concreto a España en el año 700 d.C. gracias a los árabes, desde aquí su descubrimiento se extendió posteriormente a las Américas. Hoy en día, la caña de azúcar se cultiva principalmente en América Central y del Sur. La caña de azúcar está formada por tallos cilíndricos que alcanzan una altura de 6 m y un diámetro de unos 4-7 cm. En el interior de este cilindro hay un jugo azucarado del que se extrae el azúcar de caña.

Para obtenerlo, se corta la caña de azúcar, se quitan las hojas y luego se exprime y el jugo (un jarabe llamado melaza) así obtenido se concentra por ebullición. Este jugo luego se seca en palmaditas, se ralla o se seca y se mezcla hasta que se tritura en gránulos. A diferencia del azúcar blanco común, que a menudo se elabora con remolacha en lugar de caña, el azúcar moreno no se refina químicamente.

Desde un punto de vista cosmético, el azúcar moreno contiene ácido glicólico que es un exfoliante natural. Además, sus gránulos, al ser más pequeños que los de la sal, son menos agresivos y, por tanto, a elegir para las zonas más delicadas, como el rostro o partes personalmente sensibles. Al realizar esta exfoliación se eliminan las células superficiales permitiendo la regeneración cutánea y dejando un efecto más terso y luminoso en la piel. Además, es capaz de retener agua, por lo que puede considerarse un buen humectante para la piel.

Cadena de suministro de comercio justo

El azúcar de caña que utilizamos en nuestros cosméticos proviene de Perú de Cooperativas Sin Fronteras, una organización cooperativa internacional sin fines de lucro compuesta por 30 asociaciones y cooperativas de agricultores orgánicos y de comercio justo que operan en ocho países de América Latina (Argentina, Perú, Brasil, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala).

Estos pequeños productores se han organizado en torno a los principios del comercio justo y orgánico para comercializar directamente productos de calidad que realcen la singularidad y las características naturales del entorno del que provienen, al mismo tiempo que adoptan sistemas agrícolas orgánicos, agroforestales y biodinámicos.

El valor agregado se retiene en los países de origen, convirtiendo a los pequeños productores en protagonistas de su mercado. Todas las organizaciones involucradas trabajan en el campo orgánico y los productos cumplen con los criterios de comercio justo establecidos por Fairtrade.